Les confieso que quedé tan cansada después de la semana de finales en la universidad, que hasta me costó retomar la inspiración para escribirles. Hoy, un domingo, ya más descansada me propuse organizar mis prioridades y nuevamente retomar esto que tanto me gusta: Escribir.

Pensaba inicialmente escribirles el resumen de un libro muy recomendado: Padre Rico Padre Pobre; pero la verdad es que hasta que no termine de leerlo no quiero adelantarles mis impresiones. Así que decidí realizarles algunos comentarios sobre cómo enfrento el amor en tiempos de crisis, o para ser más clara, cómo he sobrevivido a las desilusiones. Ya se los he dicho en otras oportunidades, el tema del amor nunca fue mi fuerte y tampoco soy psicóloga; pero sí les puedo decir que me gusta ser guerrera y nadie se salva del mal de amor (incluyéndome), por eso aquí les paso los tips de cómo he superado aquellos momentos difíciles que hoy, son sólo buenos recuerdos que me han hecho una persona más madura y más fuerte.

· Lo primero es la “aceptación”, y de hecho, lo más difícil. Aceptar que “ya acabó” es un paso que tienes que decidirte a tomar con carácter y determinación. No les puedo mentir, fui de las que se atormentaba con el “va a regresar” o con el “va a cambiar”. Pues señoras y señores, las cosas son como son. O las tomas así, o vives engañado y te estancas en el tiempo. La vida sigue, así que no te detengas pues te puedes quedar esperando. Seguro él o ella ya siguió y tú todavía estás perdiendo tu tiempo y tus energías. ¡No te desgastes! ¡La fuerza está dentro de ti! Y recuerda, lo que es para ti regresará tarde o temprano, y si no, es porque hay algo mejor para ti; pero no esperes nada, sigue tu propio camino.

· Una vez hayas aceptado la realidad, aleja todos los recuerdos. También cuesta demasiado; pero es necesario. Intenta no stockearlo(a), no escuchar canciones que te recuerden a él o ella, ni ver cada cinco minutos la última vez que estuvo en línea en Whatsapp. Seguro que te estás sonriendo en estos momentos, pues yo soy igual que tú y cometo los mismos errores que tú.

· La mejor medicina para el corazón es DISTRAERSE. A mí me ha funcionado. ¡Renace! Siéntate y organiza tu día, tu semana, tu vida. Hazte una agenda apretada en donde no te quede tiempo para pensar en cosas innecesarias. Y cuando llegue ese pensamiento con su rostro, sustitúyelo enseguida por el camino que debes transitar para la realización de tus metas. Ve al cine, de shopping, consiéntete en el salón de belleza, sal a bailar, proponte bajar esas libritas de más, haz tus sueños realidad. Primero tú, segundo tú y tercero tú.

· Siempre es bueno desahogarse; pero con la persona correcta. Invita a cenar a esa amiga o persona que es tu confidente y que tiene un criterio para darte un buen consejo. Llora si tienes que llorar, grita si tienes que gritar; y sobre todas las cosas, haz exactamente lo que te hace sentir bien. ¡Ojo! que no sea ir tras él o ella… creemos que eso es lo que nos hace exactamente sentir bien; pero no, eso es caer en un círculo vicioso de nunca acabar.

· ¡Abre los ojos! Haz amigos.  Mira la cantidad de hombres y mujeres que hay en el mundo, de todos los tamaños y colores. Ten la certeza que una de esas personas será para ti. Sólo tienes que ser paciente.

· Lee. Éste es uno de los mejores consejos que puedo darles. Leer me sacó del abismo y me llenó de optimismo cuando tenía el corazón roto. Lee sobre el pensamiento positivo, y sobre el poder que éste ejerce en el universo. Refúgiate en las buenas vibras y en la fe de que hay un Dios que tiene decisiones misteriosas, tomadas siempre a nuestro favor.

· Ayudar a los demás es otro de mis tips. Regalar sonrisas reconforta y te hace sentir en paz contigo mismo.

· Hay quienes adelgazan con las rupturas, como yo, que cuando las he tenido pierdo peso; pero también en otras ocasiones he engordado. ¿Por qué? Porque intentamos llenar ese vacío con comida, gastando dinero de shopping o de rumba hasta el amanecer. ¡Cuidado con esto! Yo sé perfectamente lo duro que es; pero nada ni nadie te puede levantar más que tú mismo. ¡Deja ir! El verdadero amor es libre, es el que está presente sin presiones, es el que está porque así lo quiere y decide.

¿Quieren sentise más identificados? Una de varias veces, me rompieron el corazón, tanto que perdí dos materias en la universidad porque no tenía ganas ni de levantarme de la cama. Bajé 15 libras en un mes, me alejé de mi familia, me puse loca por las compras y las fiestas. Luego, el rebote de esas 15 libras que bajé fue imparable, al igual que era insoportoble ese hueco oscuro que me estaba tragando. ¿Cómo salí de él? Leyendo libros de superación personal y organizando mi vida como debe ser. Me inspiré en el dolor que sentía para impulsarme a realizar todos esos sueños que por postergación no había hecho realidad y empecé a trabajar en ellos. Eso me hizo muy feliz. Al final del día, el amor llega solo y en el momento más adecuado. Déjate sorprender por la vida.

Si yo pude, tú puedes. De amor nadie se muere, más que eso, las caídas me han hecho más fuerte, con más control de mis emociones y me han hecho más mujer. Saca partido de los momentos de crisis, dicen que en estos momentos hay quienes lloran y otros que venden pañuelos. Sólo tú decides qué quieres hacer. Vida sólo hay una, y cada día que pasa es un día menos. Agradece la oportunidad de vivir y haz de tu vida una historia digna de contar, siéntete orgulloso de quien eres y de que eres capaz de sobrevivir al amor en los tiempos de crisis. Yo, a mis 24 años, me siento orgullosa de las veces que me han roto el corazón, porque hoy día son cicatrices que demuestran que los retos los he superado. También soy consciente que esto forma parte de la vida y que me puede volver a suceder. Pues si me vuelve a suceder, aquí estoy para seguir levantándome. ¿Te sumas?

Besos, 

Sheldry.