La semana pasada fue muy reconfortante y un gran reto para mí.

Mi semana arrancó el domingo con mi conferencia “Corona con éxito tus metas” en “Triángulo de la Mujer”. Fue una actividad hermosa en donde muchas mujeres se unieron para empoderarse y dedicarse un domingo a ellas mismas y a su crecimiento en todos los aspectos. Me encanta ver cuando las personas hacen sacrificios para su evolución, son esos esfuerzos los que traen grandes recompensas.

También estuve en el “Centro Femenino de Rehabilitación” en donde dicté una conferencia para un grupo de mujeres; fue una experiencia realmente interesante. Nunca había visitado la cárcel de mujeres y confieso que es totalmente diferente a como me la imaginé. Pensé encontrarme un lugar oscuro; pero se trata de una especie de barriada donde ves a las mujeres agrupadas en distintas casas. Visité una oficina muy especial en la cual las reclusas desarrollan sus habilidades. ¡Qué hermoso ver a tantas mujeres superándose día tras día! En aquella oficina hay grupos de escritoras, productoras, mujeres con mucho talento y con ganas de salir adelante.

Uno de los aspectos que más me llamó la atención, fue escuchar que la mayor parte de las mujeres que asisten a las charlas o talleres, son las extranjeras ya que las panameñas no ven interés en este tipo de actividades. ¡Me entristeció escucharlo! Tengo fe de que como sociedad vamos evolucionando y ese interés por aprender y por la cultura va a crecer. Pienso que solo a través de ese continuo aprendizaje seremos verdaderamente libres.

Cerré la semana dirigiendo unas palabras a un grupo de niñas y adolescentes en la agencia de modelos “Panamá Talents”. Me enamoré de las chiquitinas porque fueron las más participativas. Es una decisión muy valiosa la que toman los padres de estas chicas, al invertir en desarrollar sus habilidades ya que crecerán seguras de sí mismas, extrovertidas y con muchas ambiciones que las motivarán.

Quiero compartirles dos videitos donde se realiza un resumen de mi participación en “Triángulo de la Mujer” y el “Centro Femenino de Rehabilitación”.

Besos, 

Sheldry