Todos tenemos Energía Femenina y Energía Masculina dentro, estas energías están en todo lo que no rodea y provienen desde la creación, son tan naturales con el día y la noche, el fuego y el agua, la luz y la oscuridad. En la cultura oriental se les llama como el Yin y el Yang y en la anatomía humana se representa como los hemisferios de tu cerebro. 

Estas energías están dentro de nosotros independientemente de nuestro género o sexualidad. Ambas energías están asociadas con diversas cualidades en nosotras. Por ejemplo: la energía masculina es acción, fuerza, decisión, confianza, protección, responsabilidad, perseverancia y la energía femenina es intuición, creatividad,sensibilidad, comprensión, empatía, afecto, creación...

Esto no quiere decir que una sea superior a la otra; ambas deben coexistir en balance constante en cada una de nosotras. Sin embargo, cuando esto no sucede se crean alteraciones en nuestra forma de ser y estar. Una energía femenina en desbalance nos hace extremadamente sensibles, sumisas, poco centradas, inseguras, neuróticas; por el contrario, cuando nuestra energía masculina esta desbalanceada podemos ser controladoras, irracionales, agresivas, extremadamente competitivas y desapegadas. 

En décadas pasadas, el rol que jugábamos en la sociedad nos llevaba a estar mas en contacto con nuestra energía femenina, esto por los patrones culturales y estereotipos del momento que hacían que las mujeres estuvieran en casa como las cuidadoras y formadoras del hogar. Se estimulaba mucho más el lado emocional, el lado afectivo y compasivo. Todo esto ha cambiado.    

Hoy en día, como mujeres empoderadas que somos, es natural que tengamos la energía masculina mucho más marcada por el simple hecho de que debemos tomar decisiones todos los días, sacar nuestro lado más estratégico, para ser competitivas y tener éxito en nuestros negocios o empleos. ¡Toda una Girl Boss!  Esto no está mal, siempre y cuando tengamos esta energía en balance con nuestra energía femenina que es la que nos hace ponerle ese lado creativo y emocional a todo lo que hacemos. La que nos lleva a ser dadoras de vida y amor.

No le tengas miedo ni trates de ponerle limitantes a ninguna de estas energías, recuerda que ambas deben existir en balance y esto es súper importante porque siempre hay momentos en las que vamos a necesitar esa fuerza y esa confianza que proviene de la energía masculina o la emoción y creatividad que viene de la energía femenina.  

Sabemos que muchas veces no somos consientes de nuestras emociones y como actuamos en determinadas situaciones porque suelen ser impulsos que llegan a nosotras. Lo importante es tomarnos el tiempo de hacer un análisis interno, replantearnos la situación y determinar en qué necesitamos trabajar y qué tipo de energía debemos balancear.

Y por si no te quedo tan claro, te dejo un par de datos para que puedas reconocer con mayor facilidad qué energía debes trabajar.

Cuando tu Energía Femenina está desbalanceada, tus acciones pueden ser:

• Sientes debilidad en tu yo interno.
• Te abrumas fácilmente .
• No estableces límites y te cuesta decir que no.
• Pones como prioridad a los demás.
• Te dejas influenciar por el estado de ánimo de los demás.
• Reconoces tus emociones; pero te dejas llevar por ellas.
• Están muy presentes los sentimientos de melancolía y tristeza en la mayoría de tus acciones.

Cuando tu Energía Masculina está desbalanceada tus acciones pueden ser:

• Tienes mucho enfoque en lo material y en el reconocimiento de tu entorno.
• Te cuesta expresar tus emocionos y necesidades reales.
• Tu día a día está motivado por la inseguridad.
• La competitividad  y el control están presentes de forma extrema en la búsqueda de la seguridad.
• Niveles altos de estrés e impaciencia.
• Miedo al fracaso.
• Falta de estructura y planificación.  

Algunas ideas para cultivar tu energía femenina son: Pintar mandalas, apoyar una causa o hacer voluntariado con alguna fundación o movimiento, compartir tiempo con los tuyos, escuchar a una amiga y darle un buen consejo, regar las plantas, ordenar y redecorar tus espacios, hacerte las uñas, cocinar, planear una fiesta… ¿Qué ideas se te ocurren a ti asociadas a la energía femenina?

 Para cultivar tu energía masculina puedes: Enviar nuevas propuestas, revisar tus presupuestos, poner en marcha una idea o proyecto que tienes en mente, delegar, estudiar algo nuevo, sacar del cajón lo que tienes postergado y realizarlo, acción y más acción… ¿Qué ideas se te ocurren a ti para cultivar tu energía masculina?

Trabaja de forma consiente en ti y verás cómo los resultados se verán reflejados de forma positiva. Si es necesario, puedes ayudarte con algún sistema de apoyo. Puede ser coaching, terapía, o con el proceso con el que mejor te indentifiques. 

Recuerda que primero debes cuidarte tu y trabajar en ti para poder cuidar  a los demás. ¡Cree en ti Mujer Empoderada!

Besos,

@InspirateLatam