¡Hellooooo! Chicos, ya se habrán dado cuenta que escribo sobre la base de mis vivencias. La filosofía de sheldrysaez.com es que haya vida en cada línea. Me gusta escribir según lo que pienso y siento, por eso en cada escrito dejo una carga emotiva para que cuando lean se puedan nutrir de esas experiencias y les sirva de punto de referencia para adaptar a su caso en particular. Una vez dicho esto, aprovecho que esta semana salió la edición correspondiente a marzo 2016 de BOUQUET MAGAZINE donde aparezco en la portada, para contarles un poco sobre lo que pasa detrás de una sesión de fotos para revistas.
Siempre soñé con modelar trajes de novia
Cuatro años después, posé para otra edición de Bouquet Magazine
Aún no he salido en la portada de Vanidades, ni Vogue, ni todas las modelos piensan igual que yo; pero soy la chica de la puerta de al lado que un día soñó con estar en portada de revistas y que hoy, a sus 24 años, tiene una colección de más de 20 revistas donde mi cara está en primera plana. Estas líneas están dirigidas para aquellas chicas que desean ser modelos, así como también puede interesarle al fotógrafo de modelos, a la stylist del Fashion Story o a la propietaria de una revista. Este es mi testimonio y la pura verdad.
Mi primera portada fue para REVISTA SIETE, ¡no se imaginan mi emoción cuando recibí la propuesta! La noche anterior a las fotos casi no dormí. Recuerdo que viajé desde Chitré a la capital exclusivamente para esa sesión de fotos. No fue nada muy elaborado, así que no tengo mucho que contarles al respecto. Bueno, sí, no me gustó como salí en mi primera portada. Aún así, mi papá orgulloso de su hija y presumido, compró cerca de 30 revistas las cuales repartió por todo Chitré entre sus amigos y conocidos.
Mi segunda portada jamás se me olvidará. Fue y no fue. Llegué con mi mamá a la sesión de fotos pues todavía era menor de edad y ella no se despegaba de mí. El vestuario era un body color carne y el concepto de la portada era simular un desnudo, a mis 16 años. Ya se imaginarán cómo terminó esto. Mi mamá me tomó de la mano y dijo: “Hija, nos vamos”. El crew de REVISTA ELLAS se enojó; pero la verdad es que aunque siempre quise salir en esta revista, no estaría dispuesta a realizar lo que no me hace sentir cómoda. Eso de que las modelos deben aceptar cualquier propuesta NO es verdad, antes de modelo se es ser humano, y como ser humano tenemos derechos, el principal: el derecho al respeto por nuestra dignidad de mujer. Este acto de valentía me colocó en la lista negra de ELLAS; sin embargo, como el mundo da tantas vueltas, después del Miss Panamá ellos me buscaron como condición del fotógrafo encargado de aquella edición.
Revista Ellas
Otra de las experiencias que recuerdo fue salir en REVISTA NYLON en Nueva York. ¡Quién lo iba a imaginar! Y qué decir de la edición donde me vistieron de hombre, ¡fue muy divertido!
Nylon Magazine, NY
Recuerdo que me pidieron salir totalmente desmaquillada, sólo con un corrector de ojeras
Empecé siendo la modelo de portada con el único deber de posar para la cámara. Con el tiempo, ya mi nombre salía en la carátula junto a la foto y dentro, una entrevista sobre mis proyectos. Confieso que lo que más me gusta de verme en una revista, es el titular debajo de mi nombre el cual los editores eligen para describir algo de mí. Uno que recuerdo de una manera muy especial es: “La niña de los labios hermosos”. Después de haber sufrido de bullying por el grosor de mis labios, que hayan puesto un titular como ese créanme que impactó mi vida.
De mis entrevistas favoritas
La verdad es que a estas alturas, ya me ha pasado de todo en esas sesiones de fotos. Estas funcionan así:
- Te citan a una hora y empiezan mucho después. Eso sí, si eres modelo, no llegues tarde. Siempre me mentalizo a esperar y a disfrutar de la espera. Los contratiempos son totalmente normales y en producciones de este tipo es común.
- Al llegar la hora del peinado y el maquillaje recuerda que es un proceso donde se requiere de mucha paciencia y aguante. Lo digo porque el cabello sufre mucho, sobretodo cuando hay cambios de peinado. Que si la plancha, que si la tenaza, que si la laca; pero esto son gajes del oficio. Una vez terminada la sesión de fotos, acostumbro lavar mi cabello con un buen shampoo y acondicionador.
Hay maquillajes con pestañas falsas que te hacen llorar, otros con los que quieres dormir para usar el día siguiente
- Una vez se está lista, viene el primer cambio. Importante: ¡Siempre llevar puesta ropa interior color carne! Y por favor, tanga y strapless. También a veces piden ropa interior de color negro. Esta etapa del proceso es la que más me da nervios porque me he enfrentado con shorts muy cortos, blusas que requieren de abdomen descubierto, o simplemente, ropa que no me ha favorecido. Aún así, tengas lo que tengas puesto, hay que desenvolverse con seguridad a la hora de las fotos. Aquí va un secretito: días antes de la sesión de fotos, me pongo las pilas; cuido lo que como, entreno todo lo que pueda y tomo las medidas necesarias para amanecer ese día con buena piel y deshinchada. ¡Sí! ¡No es cuento! ¡Las mujeres retenemos líquido!
- Otro tema es cuidar la ropa que llevamos puesta. Una vez para la REVISTA AGENDA, me tocó meterme a una piscina con un vestido Carolina Herrera muy costoso y me advirtieron que no podía caerle una sola gota. ¡Qué estrés! Lo mismo sucede con el calzado o los accesorios, hay que cuidarlos como si fueran oro en polvo. Y ojo, estar pendientes de no manchar con labial alguna prenda de ropa color blanco.
De mis primeras portadas y creo que se nota jajaja
Esperen pronto, otra edición de Revista Agenda
- Esta tarea será tan divertida como uno se lo proponga. La verdad es que depende mucho de la personalidad de cada una y la relación que se estrablezca con el crew de trabajo. Está la chica que llega como si le hubieran comido la lengua los ratones, que acepta usar los tacones así se le estén partiendo las uñas, y no se atreve a decir que siente hambre o está cansada después de 10 horas de fotos. ¡Así fue como yo empecé hasta que aprendí! Está la otra, esa que no ha terminado de llegar y ya está preguntando si falta mucho para concluir con el photoshoot, la exigente tal cual estrella de cine. ¿Cómo yo soy? Pues sin mentirles, me gusta siempre trabajar con buenas vibras; pero sin tener que usar ropa con la cual no me sienta bien y pido se respeten las ocho horas de trabajo. Es cuestión de dar lo mejor de ti y recibir a cambio lo mejor de ellos.
- El momento del photoshoot es otra historia de tragicomedia. Me ha pasado que el fotógrafo me dice en la cara: “No me gusta lo que estás haciendo”, “Estás gorda”, “Tu cara no me dice nada”, “Cambia de pose”, en fin; no es fácil. En otros casos, he llegado tan inspirada y concentrada, que termino en un abrir y cerrar de ojos. Algunas veces los fotógrafos no se saben explicar, es importante que haya una buena comunicación por dos razones: las modelos no son adivinas y tampoco se saben una pose diferente para cada día del año. Llega ese instante en donde quieres salir corriendo porque no sabes qué más hacer enfrente de la cámara. En mis pininos, recuerdo que veía revistas para aprenderme poses de otras modelos y poder tener opciones cuando llegaba mi turno; otra técnica que funciona, es imaginarse alguna situación para proyectar lo que está buscando el fotógrafo. Por ejemplo: si quieres lucir sexy; siente el calor del fuego, la astucia de una serpiente, la pasión del color rojo, o por qué no, piensa en el chico que te roba el sueño. Si quieres lucir angelical; piensa en lo refrescante que es el mar, la paz que te da sentir el viento o recuerda la inocencia de un niño. Otra cosa: conoce tus ángulos y practica frente a un espejo. ¡Me ha funcionado! Con el tiempo entendí que dejar la pena a un lado y simplemente fluir, ayuda a relajarse y proyectar naturalidad.
- ¡Los estereoripos! No puedo dejar de mencionar este factor. He llegado a sesiones de fotos donde creen que por haber sido Miss soy odiosa. Quieren saber algo chicos y chicas: llego muy agradecida y honrada por haber sido seleccionada para la portada de una revista, así haya estado en muchas otras antes; si algo se me cae, no espero que me lo recojan, o acaso no tengo yo dos brazos y dos piernas. Yyyyyy ¡NO ME ENCANTA LA ENSALADA! A la hora del almuerzo me han querido aislar del resto para comer algo light porque asumen que son mis exigencias. Me encanta comer exactamente lo mismo que los demás y junto al que apoya con las luces, la stylist, el fotógrafo y todo el que esté involucrado. Estoy segura que el mejor outfit, el mejor peinado, el mejor maquillaje o la mejor pose deben complementarse con mucha HUMILDAD y una BUENA ACTITUD. Anoten esto porque es CLAVE. De lo que das, eso recibes.
Suele pasar que la pose más incómoda, es la que mejor luce ante la cámara. ¡Qué contradicción!
Ya deben estar aburridos de tanta historia, jajaja; me inspiro y no finalizo. Experiencias hay muchas, lo que sí no se puede negar, es la gran satisfacción que se experimenta al ver tu trabajo plasmado en la revista del mes que llega a las farmacias, supermercados o que va dentro del periódico. Cada portada encierra el esfuerzo de un equipo de trabajo y trae consigo una historia que te hará aún mejor para el siguiente reto fotográfico.
Ahora sí, me despido y les dejo algunas portadas que pude rescatar del baúl de los recuerdos.
Agradezco a todas esas revistas que me han hecho parte de sus ediciones, al igual que a los fotógrafos que siempre terminan convirtiéndose en buenos amigos y por supuesto, gracias al resto del crew. Hay mucho talento en Panamá
Besos,
Sheldry.
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